«Para ser irreemplazable,
uno debe buscar siempre ser diferente».
(Coco Chanel).
Protagonista indiscutible; el secreto mejor guardado por todas. Elegir el vestido para el día de nuestra boda es sin duda, uno de los mejores momentos desde que decidimos dar el «SÍ, QUIERO«.
Mirar colecciones, hablar con los diseñadores, visitar el atelier donde vamos a hacer nuestro sueño realidad es una tarea que, aunque nos de más de un quebradero de cabeza, nos llena de ilusión y magia. Una vez decidido, llegarán las pruebas, ir dándole forma, ultimar los detalles… un sinfín de emociones que veremos culminadas cuando llega el “DÍA D”.
Desde su boda con John F. Kennedy en 1996, Carolyn Bessette hizo que su look nupcial pasase a la historia. Su vestido lencero convirtió una prenda, a priori ideada para las horas de sueño, en una de las tendencias más deseadas para dar el sí, quiero.
El satén y los encajes aportan una sofisticación que, junto a ese aire minimalista pero absolutamente elegante, han hecho de él, el vestido favorito de las novias millennials.
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